viernes, 20 de mayo de 2011

INNOVAR PARA DIVERSIFICAR Y FAVORECER EL APRENDIZAJE HISTÓRICO MEDIANTE ENTORNOS VIRTUALES (EXTRACTO)

Situación y tendencias.
Considerando las finalidades que el estudio de la Historia pueda tener, bien sea que se pretenda la formación social o acercarse a ella como un objeto de estudio científico, varían las estrategias, métodos y técnicas educativas que se aplican, las formas tradicionales de enseñar historia están las siguientes:
El anecdotismo, que presenta una atención especial y exagerada a acciones de la vida cotidiana en cuanto a su importancia y trascendencia histórica.
El heroicismo, muy propio de la educación básica y los discursos políticos, en el afán de poner prototipos de comportamientos, que si bien pueden cumplir con la función de dotar ejemplos de valores cívicos y patrióticos, puede llegar a distorsionar lo histórico cuando se ve como producto de voluntades y valores individuales y la posibilidad de incidir en la historia como personalidades especiales y excepcionales.
Las efemérides, o sea, ver la Historia a través de conmemoraciones sociales de diversa índole, sean patrióticas, religiosas o de la sociedad civil.
El dogmatismo, creencias tradicionales usualmente proporcionadas por quienes ejercen el poder, que no admiten dudas u objeciones sobre los que se consideran verdades absolutas.

El privilegio del verbalismo, que se caracteriza por la ausencia de recursos para el aprendizaje más allá de la palabra, también suele limitarse a la dimensión perceptual y en esto lo verbal, auditivo y visual.
El maniqueísmo, la manía al prejuzgar y clasificar a los personajes históricos entre buenos y malos, lo que impide realizar análisis críticos y objetivos.

El cronologismo, en el que se privilegian los tiempos con su periodización y sus fechas como marcas históricas, por la trascendencia de los hechos ocurridos en esos días. Ayuda a ordenar los acontecimientos de la historia y la posible relación causa-efecto, aunque se corre el riesgo de ofrecer estudios demasiado lineales y de pretender que el acontecer histórico quepa en esquemas de rígidos e iguales para todos. Con respecto a las prácticas educativas tradicionales y la necesidad de su innovación, es recomendable hacerse preguntas como: ¿Qué es valioso y vale la pena recuperarlo y fortalecerlo?.


La historia ¿para qué?

Es una interrogante siempre presenta tanto en los docentes como en los estudiantes, cuya respuesta orientará mejor las decisiones que se tomen con respecto a los modos de aprender y enseñar Historia, así como a las técnicas e instrumentos tecnológicos más apropiados a los propósitos planteados.

La historia pretende ser vista sólo como objeto de estudio académico, el énfasis suele hacerse en el pensar históricamente la fundamentación teórica de los estudios, el análisis científico de las evidencias históricas, y la institucionalización de los procesos docentes y de investigación.

El aprendizaje de lo histórico puede ayudar a reflexionar sobre la toma de decisiones en distintos ámbitos y niveles, desde el actuar cotidiano como ciudadanos, hasta el de las personas que ejercen el poder público.




COMENTARIO:
La historia es una formación social que se tiene que abordar como un objeto de estudio científico, por lo cual es necesario emplear diferentes técnicas y hacer uso de los medios científicos tecnológicos y virtuales que la sociedad actual requiere. Ya que el aprendizaje histórico nos llevará a reflexionar sobre la toma de decisiones en distintos ámbitos o niveles de el actuar cotidiano, nos llevará todo esto a lograr futuros servidores públicos con más exactitud y colaborará a formar alumnos que sean agentes de cambios en su País y propicien un mejor bienestar social.

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