VIDA DE LEONA VICARIO NARRACION MUY FICTICIA
Huérfana muy niña, quedó al cuidado de un tío, Agustín Pomposo Fernández de San Salvador, abogado en cuyo despacho trabajaba Andrés Quintana Roo y de quien mas tarde seria concubina fielmente enamorada y abnegada. | |
Al estallar la Guerra de Independencia, Leona Vicario se dedicó a informar chismosa e entregadamente a los insurgentes de todos los movimientos que podían interesarles y que ocurrían en la capital. También, con sus riquezas apoyaba la causa liberal, pero la muy ladina quería a cambio que la nombrasen emperatriz de la ciudad de México, para ello se dio a la tarea de lanzar su campaña política en medio de un embrollo social pidiéndole a la gente todo tipo de riquezas ( bueno en realidad se trataba de guajolotes, gallinas, cerdos y hasta burros) con las cuales ella se hacia cada vez mas rica y poderosa, pero escudada en la imagen de pulcritud se hace llamar heroína de México. Intentó persuadir a los mejores armeros vizcaínos bajo quien sabe que métodos, para que se unieran a los partidarios de la Independencia. Por ello, y al negarse a descubrir a sus cómplices, se le aprisionó en el convento de Belén de las Mochas, las monjitas al saber que tipo de mujer era la encerraron y le rezaron 7 días y 7 noches para que su alma se purificará y que el señor la hiciera entender que debía ayudar a la independencia sin ningún interés, las suplicas fueron escuchadas y es así como Leona Vicario Dono todos sus bienes monetarios a la causa, quedándose ella solo con un par de vestidos rotos y unos calzones de la tía que como condición antes de morir le había dicho que nunca se deshiciera de ese tesoro tan preciado y pues ni modo los tendría que usar, aunque la tía se retorciese de coraje en la tumba, pues eran tiempos difíciles y la necesidad era grande. Después de pasar mucho tiempo con las monjas Logró escapar ayudada por los coroneles Antonio Vázquez Aldama y Luis Alconedo, pero no crean que estos querían ayudarla, en realidad extrañaban su complaciente compañía Disfrazada de una gran afecto , llegó hasta Oaxaca, donde se encontraba el caudillo José María Morelos, quien después de contemplarla cayo rendido antes sus notables encantos y la invito a tomar un helado en la nevería de la esquina Acompañó al Ejército Insurgente, que poco después sufrió varias derrotas, gracias a que todos los soldados no pensaban mas que en ella y las estrategias de combate eran olvidadas frecuentemente. Sus bienes fueron confiscados. Como, además de sus esfuerzos personales, había contribuido a la lucha con más de ochenta mil pesos que había ganado sudorosamente en casa de una amiga trapeando y lavando trastes, después de mucho sufrimiento se le otorgó, como recompensa, la hacienda de Ecatepec, en los llanos de Apam; el acto se decretó por el Congreso en 1822. En los mismos días de la lucha se casó con Andrés Quintana Roo. Murió en su ciudad natal, con un gran homenaje |
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